Por qué pueden estropearse y qué hay que observar para darse cuenta de su desgaste: los consejos de especialistas y marcas referentes de la industria.
Se trata de uno de los elementos más importantes del vehículo y el motivo está a la vista: es la única pieza que está en contacto permanente con el suelo. Entre sus funciones se destacan el soportar el peso del vehículo, resistir las cargas dinámicas provocadas por la acción de la conducción y transmitir sin perder adherencia con la carretera toda la potencia del motor y las acciones de frenado, tanto en curva como en línea recta.
Pese a su relevancia, la mayoría de los conductores al volante desconocen cuándo su neumático está dañado. O algo que es peor, no le prestan demasiada atención. Michelin señala que dentro de las causas por las cuales los neumáticos pueden estropearse, están el estado de las calles (si hay baches, obstáculos, cordones, objetos afilados, lomos de burro); el clima (temperaturas extremas, lluvias, nieve y heladas, ozono y luz solar intensa); y el uso inadecuado (combinar distintos tipos de neumáticos, usar ruedas y llantas de tamaños no compatibles, volver a inflar un neumático que no tiene aire, etc)
La compañía Bridgestone, una de las referentes dentro de la industria, asegura que la clave para saber si el neumático se encuentra deteriorado es observar el dibujo que tiene el caucho: “Todos los surcos que conforman este dibujo contienen pequeñas elevaciones ‘testigo’ que indicarán cuán desgastado se encuentra el producto. Si vemos que estos ‘testigos’ están casi a la altura del resto del material, el neumático se encuentra en mal estado y su reemplazo es inminente”, describe.
Similar es la mirada de Fernando Cingolani, profesor del Instituto Tecnológico de Capacitación Automotriz (ITCA), quien en conversación con el blog de Segurarse afirma que es “indispensable controlar la profundidad del dibujo sobre la banda de rodamiento de los neumáticos, para asegurar el correcto agarre al suelo y garantizar el correcto comportamiento del vehículo”.
Cingolani indica que la profundidad mínima aceptable de la escultura del dibujo no debe ser inferior a 1.6 mm. “Tu seguridad y movilidad, en especial en condiciones climáticas adversas (por ejemplo, la lluvia), dependen de la profundidad del dibujo, ya que a medida que ésta disminuye también lo hace la capacidad del neumático de despejar el agua debajo de la banda de rodamiento, aumentando el riesgo de aguaplaning; es decir, que el neumático flote por encima del agua, perdiendo la adherencia al asfalto”, añade.
También, desde ITCA recomiendan a los conductores que revisen el aspecto de sus neumáticos y que estén pendientes de la pérdida de presión o cualquier otro fenómeno anormal como la vibración, ruido o tracción. A su vez, Bosch, también consultado por Segurarse.com, aporta que hay un dato que no puede pasarse por alto y es que los neumáticos tienen fecha de validez: “Si ya pasaron cinco años o más, se aconseja reemplazarlas”.
Tipos de desgastes
Otro punto relevante a considerar es que el deterioro del neumático no siempre se da de la misma manera y, muchas veces, tienen una “razón de ser”. Saber interpretarlos y leerlos servirá para prevenir futuros problemas. Goodyear, empresa cuya sede principal está en Ohio, Estados Unidos, menciona al menos cuatro tipos de desgastes:
- En la parte exterior: La compañía indica que si están desgastadas en los dos bordes es probable que se deban “inflar o comprobar si presentan pérdidas”. A su vez, señalan que conducir con poca presión “consume más combustible y aumenta el riesgo de accidentes”.
- En la parte central: sobre este punto, desde Goodyear remarcan que “si el centro de la banda de rodadura se desgasta más rápido que los bordes exteriores, es posible que se hayan inflado excesivamente las ruedas, aumentando el riesgo de que se revienten”. El valor correcto de inflado es siempre el recomendado por el fabricante del vehículo y se encuentra indicado en el Manual del Usuario o en la etiqueta específica adherida en la carrocería del vehículo.
- En todos los neumáticos: Explican que, como en la parte de adelante del vehículo se ubica el motor y es donde se concentra la dirección, “los neumáticos del eje delantero se desgastan antes”. De todos modos, especifican que si se deterioran “más de los normal se debe revisar la suspensión”. Y agregan que, si es mayor en un lado del vehículo que en otro, “habrá que alinear las ruedas”.
- Desgaste desigual en un solo neumático: aquí señalan que “los patrones de desgaste de las bandas de rodadura pueden indicar problemas en otras partes del vehículo”. Por ejemplo, apuntan que sería necesario equilibrar o alinear las ruedas si se detectan superficies de desgaste desiguales o lagunas.
Por su parte, Bridgestone destaca que el más frecuente entre los automovilistas es el desgaste parejo, que indica una erosión regular en toda la superficie del neumático, causada frecuentemente por el retraso en el cambio de los neumáticos.
Conducir con un neumático dañado o gastado seguramente no nos lleve muy lejos y quedemos varados en medio del camino. Conducir bajo estas circunstancias, remarca Bosch, nos hace “estar más propensos a una pinchadura o peor, reventar el neumático y terminar estrellado”.
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