Según datos de Unasev, la mayoría de los accidentados son hombres menores de 40 años. Pese a ello, las mujeres cometen más infracciones. Los miedos de ellas al estar frente al volante.
“El manejar bien o mal no tiene nada que ver con el género”, sostiene ‘Luly’ Dietrich, fundadora y directora de Mujeres al Volante, autodenominada “la primera comunidad de mujeres en el mundo de la movilidad que refleja cómo las mujeres conducimos nuestra vida”. Pero primero, aclara, hay que definir qué es una buena conducción: “Se trata de respetar las normas de tránsito y contar con las habilidades y destrezas necesarias al volante; eso no tiene nada que ver con el género. Hay mujeres que tienen todas esas condiciones y hay varones que también las tienen”.
Sin embargo, los hombres son los principales fallecidos y lesionados de gravedad en los accidentes de tránsito. Si bien la Unidad Nacional de Seguridad Vial (Unasev) de Uruguay no recopila datos sobre el género de los lesionados, sí arroja algunos datos importantes. Por ejemplo, que los lesionados -toda persona que participa de un siniestro de tránsito y que resulta herida o fallecida- son en su mayoría hombres: 62% frente al 38% que representan las mujeres.
En el caso de los fallecidos, la diferencia es aún mayor. Según datos de Unasev, los hombres representan un 79% de los fallecidos en siniestros de tránsito. Jorge Alfaro, Secretario General Ejecutivo del organismo, menciona que al “9 de marzo de este año, de la totalidad de los siniestros fatales hay 63 hombres fallecidos (80,8%) y 15 mujeres (19,2%)”.
A su vez, explica que, a nivel mundial, ellas tienen menos siniestros que ellos. “Pienso que la mujer tiene mayor capacidad de observación, menor deseo de velocidad, competencia o demostraciones en el manejo”, sostiene. Sin embargo, recuerda que “en porcentaje, son muchas menos las mujeres que conducen comparadas con los hombres”.
Otro dato es que, según el informe del primer semestre de 2021 de la Unasev, el 72,4% de los lesionados fueron conductores. “Al igual que ocurre en el resto de los países de la región, en Uruguay los principales heridos graves y fallecidos por siniestros de tránsito son hombres. Especialmente hombres jóvenes, menores de 40 años” asegura Federico Tucci, coordinador de comunicación de la Fundación Gonzalo Rodríguez.
“Tener estos datos es fundamental para poder establecer políticas públicas que ayuden a reducir significativamente los lesionados graves y los fallecidos en el tránsito. Es necesario, primero, identificar quiénes son los usuarios más afectados para después trabajar activamente. Sin importar lo que podamos creer, los datos hablan”, explica.
Multas y alcohol al volante
En Uruguay, las multas corresponden a los automóviles, no a las personas. Por lo que no hay datos para asegurar que los hombres tienen más cantidad de infracciones que las mujeres, o viceversa. Alfaro comenta que “curiosamente, las mujeres participan con mayor cantidad de multas e infracciones en lo que respecta a pasajes en el radar. No por velocidades excesivas, sino por velocidades menores, pero obviando la señalización correspondiente por falta de atención”.
Luly Dietrich, de Mujeres al Volante, explica “a 10 varones y 10 mujeres; ellas tienen menos infracciones de tránsito. Se acatan más a las normas. Lo mismo cuando hablamos en temas de alcohol. A un mismo porcentaje de mujeres y varones; ellos tienen más infracciones por conducir con lo no permitido”.
En cuanto a la tasa de infracciones relacionadas con el alcohol, en Uruguay se mantiene sin grandes modificaciones desde hace algunos años. Según la Unasev, es del 7% de todas las espirometrías realizadas.
Brecha de licencias
La fundadora y directora de Mujeres al Volante destaca también que en toda Latinoamérica hay una brecha muy grande de licencias de conducir entre mujeres y varones. “Les cuesta más el tema de ponerse al volante”, asegura.
Entre los motivos que genera esta situación, destaca: “Hay historias de familiares donde las mujeres nunca manejaron y de las conversaciones sobre autos solo participaban los varones”.
“En otros casos, algunas mujeres somos más temerosas. Está relacionado con el control y sentido de protección al otro en la calle. Esto genera un temor al volante. También se asocia con lo económico y la brecha salarial entre hombres y mujeres”, profundiza.
Otro motivo destacado por Dietrich es que “en una pareja varón-mujer, el auto de la familia siempre se lo llevó el hombre”. Aunque reconoce que esto está cambiando. “Por suerte, las empresas están generando programas y estrategias para que más mujeres puedan acceder a su carnet profesional”, concluye.
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