Auto a nafta, diésel, gas: ¿qué combustible conviene?

La pregunta sobre qué tipo de combustible conviene todavía genera debate entre los conductores.
Al momento de comprar un vehículo, el tipo de combustible que utiliza es uno de los factores más determinantes para tomar la decisión. La elección está supeditada a distintas variables: el precio en el surtidor, la durabilidad del motor, el costo de mantenimiento y hasta el valor de reventa, entre otras cosas. Si bien la electromovilidad gana cada vez más terreno en Uruguay, los autos a nafta, diésel y gas todavía son los protagonistas.
Cada tipo de combustible tiene sus propias ventajas y desventajas, pero no todas son evidentes a primera impresión. Por esta razón, antes de inclinarse por cualquiera de ellos, es importante conocer qué implica en términos de rendimiento, mantenimiento, costo y seguridad.
¿En qué se diferencian los autos a nafta, diésel y gas?
En primer lugar, los autos a nafta son los más comunes en Uruguay, sobre todo en las ciudades. Estos vehículos responden de la mejor manera en trayectos cortos, tienen los motores más silenciosos y su mantenimiento es accesible. Sin embargo, suelen tener un consumo mayor en comparación con otras alternativas.
Por su parte, los autos a diésel se caracterizan por su eficacia en rutas largas y en el transporte de cargas. Además, suelen consumir menos litros por kilómetro recorrido y sus motores tienen una vida útil más prolongada. Pese a esto, la diferencia de precio con respecto a la nafta ya no es tan favorable como hace algunos años.
Por último, los autos a gas vehicular (GNV) todavía son minoritarios en Uruguay. Su principal ventaja tiene que ver con su precio, ya que es más barato y menos contaminante que las demás opciones. No obstante, estos vehículos requieren una conversión específica y la instalación implica un costo inicial elevado. A esto se le suma que la disponibilidad de estaciones de carga es limitada.
¿Cómo es el mantenimiento del motor según el combustible?
Además de la inversión que supone adquirir un auto, el mantenimiento suele definir el costo real de tener un vehículo. En el caso de los motores a nafta, requieren servicios periódicos más frecuentes, aunque sus repuestos suelen ser más económicos que los de otras opciones.
En cambio, los motores diésel pueden recorrer cientos de miles de kilómetros. Sin embargo, cuando surge una reparación importante, como problemas en los inyectores o el turbo, los costos suelen ser mucho más altos. Asimismo, es importante destacar que los filtros de partículas necesitan atención especial para evitar fallas.
Con respecto a los vehículos a gas, debe realizarse el mantenimiento del motor original y el del kit de conversión. Entre las principales tareas se encuentran los controles de estanqueidad, las revisiones de válvulas y los chequeos del cilindro de almacenamiento. De esta manera, requiere una responsabilidad mayor por parte del conductor.
¿Cuánto cuesta cada combustible en Uruguay?
En Uruguay, el precio del combustible es definido a partir del Precio de Paridad de Importación (PPI) que calcula la Unidad Reguladora de Servicios de Energía y Agua (URSEA). Desde junio de este año, los valores se renuevan cada dos meses.
De acuerdo con la Administración Nacional de Combustibles, Alcohol y Portland (ANCAP), en septiembre de 2025, el precio de la nafta Súper 95 es de $78,20, mientras que el de la Premium 97 es de $80,61. Se trata del combustible más usado, aunque también el de mayor costo por kilómetro recorrido.
En cuanto al diésel, el litro de Gasoil 50S cuesta $50,14, y el de Gasoil 10S cuesta $57,14. Estas opciones todavía son más baratas que la nafta, pero la brecha de precios se redujo en los últimos años y ya no es tan marcada.
El supergás es la opción más económica en términos de costo por kilómetro, y su precio actual es de $80,77. Si bien su valor numérico es más alto, la razón es que este combustible, a diferencia del resto, se mide en pesos por kilogramo. En este sentido, 1 kg equivale a cerca de 0,60 litros, aunque varía por temperatura y mezcla.
¿Cómo convertir un auto a gas?
Dado que es la opción más barata, muchos conductores evalúan la posibilidad de convertir sus autos a gas. Esto implica instalar un kit compuesto por cilindros, cañerías y válvulas que permiten almacenar y administrar el combustible de manera segura. El proceso debe ser realizado por talleres habilitados y certificados por las autoridades, ya que se trata de un trabajo de alta precisión.
Un auto a gas permite ahorrar en cada carga de combustible, pero también es verdad que el costo de la instalación ronda varios miles de dólares. No obstante, la cifra varía en función del modelo del vehículo y del tipo de equipo.
Por otra parte, se deben realizar inspecciones técnicas periódicas para garantizar que el sistema cumpla con las normas de seguridad. Si bien es cierto que algunos conductores logran recuperar la inversión a mediano plazo, todo depende de la cantidad de kilómetros recorridos por año.
¿Cuáles son los riesgos de convertir un auto a gas?
Al convertir un auto a gas, la contraparte del ahorro en carga de combustible es una serie de riesgos asociados a la seguridad y al rendimiento. Por ejemplo, un sistema mal instalado puede provocar fugas, pérdidas de potencia y hasta accidentes graves. Ante esto, es fundamental elegir talleres habilitados y cumplir con las inspecciones.
Otro riesgo a considerar es la reducción del espacio en el baúl, ya que el cilindro pasa a ocupar una gran parte del mismo. A su vez, cabe destacar que algunos fabricantes de autos pueden anular la garantía del vehículo si se hace la conversión.
¿Cuál es el auto más seguro de los tres?
Aunque muchos no lo sepan, el tipo de combustible también influye en la seguridad de los vehículos. Por ejemplo, los autos a nafta y diésel tienen una mayor madurez tecnológica y suelen estar diseñados de fábrica para este tipo de motorización. Esto asegura estándares de seguridad más consolidados.
Mientras tanto, los autos a gas pueden ser seguros siempre y cuando el sistema esté instalado y certificado de forma correcta. Sin embargo, un mantenimiento inadecuado puede aumentar los riesgos de fugas o fallas en el sistema de almacenamiento.
En cualquier caso, lo más determinante es la tecnología de seguridad incorporada en el vehículo, como frenos ABS, control de estabilidad, airbags y asistencia a la conducción. En definitiva, siempre conviene evaluar el auto en su conjunto y no solo el tipo de combustible.
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